Carlos Latre ha pasado de la función al show con su nueva obra
15 años no es nada en la sala
Rubianes del club
Capitol. El imitador nacional por excelencia no solo se caracteriza
para esta ocasión en vivo y en directo, interpretando a más personajes que
nunca, sino que relata sus inicios en el mundo del espectáculo interactuando
con el público. La dinámica actuación se remonta hasta su origen como
reportero, cuando en una ocasión tuvo un encuentro con
Xavier Sardà y este no podía atenderle, así que improvisó
personajes in situ para llamar su atención, captando su promoción al programa
Crónicas marcianas; eso sí, afeitándose
la barba como requisito. No es casualidad la sala escogida, y
Latre trae una vez más a
Pepe Rubianes encima de su escenario,
rindiéndole el mejor homenaje a modo de imitación visto hasta la fecha: un
acercamiento de la catarsis que habría supuesto hoy en día. Sentido homenaje
que, como el propio humorista me ha comentado, que mejor sitio que en su casa.
Cuando la imitación rinde homenaje.