lunes, 17 de junio de 2013

¿Qué significa la S?


Hoy me he levantado prácticamente a las cuatro de la madrugada, ¿el motivo? Coger el primer tren para ir a Madrid, donde iba a tener lugar la premiere de El hombre de acero con los actores Henry Cavill, Russell Crowe y el director Zack Snyder. Las causas que me han motivado a ir son Crowe como uno de mis actores favoritos, a pesar de considerarlo un sueño y dar por imposible una foto con él, y Cavill como el nuevo Superman, teniendo en cuenta el cariño con el que trata a sus fans. Aún estaba sorprendido que Russell fuera a la capital, en cualquiera de los casos la asistencia de ambos actores es lo que me ha llevado también a viajar.

L.A. confidential
Después de breves y pésimos sueños durante el viaje, al llegar a la ciudad he pasado por casa de mi suegro para tomarme un café con él, cuyo actor favorito es precisamente Russell Crowe. Me he aseado y he intentado descansar, aunque ya sabía que mi inquietud no me lo iba a permitir, y menos después de descubrir un mensaje del versátil actor australiano de la noche anterior que espetaba “¿Dónde estoy?”, seguido de una fotografía de una botella de vino, Capitán Alatriste. Ha sido entonces cuando en cuestión de minutos estaba merodeando por los hoteles e intentando conseguir información al respecto y, a pesar de tener prácticamente total seguridad de donde estaba alojado, me han supuesto castillos en el aire en comparación de la seguridad de la premiere. Al dirigirme hacía allí aproximadamente a las once de la mañana y comprobar que había gente ocupando la valla, me he apostado allí desde entonces.

Gladiator
Casualidades de la vida, me he encontrado junto a miembros y autores de la comunidad La fortaleza de la soledad y de El consejo kryptoniano, compañía sin la cual la larga espera no habría sido lo mismo. Si ya de por sí, a veces parece una proeza que lleguen aquí este tipo de eventos, vista la desorganización constante parecemos principiantes. Por lo visto, los cuerpos de seguridad al pasar por la mañana han confirmado que estaba todo en orden, pero el personal del siguiente turno se ha negado rotundamente a esa afirmación y ha hecho saber que bajo la responsabilidad en su tiempo de servicio no se iba a correr riesgo alguno. Inicialmente no han querido cortar la calle, acción que han acabado realizando igualmente a pesar de las negativas al delimitar un carril unos escasos metros para desviar el tráfico, y así asegurar a los asistentes. No obstante se ha exigido alejar la valla del tráfico, acercándola así al espacio del photocall y ampliando escuetamente la movilidad en la acera.

Una mente maravillosa
Por lo que a mí respecta, he preferido los cines Capitol en concreto, dado que al ser un espacio reducido había más posibilidad que nos atendieran a todos y aparecer en alguna foto o video ajeno, ya fuera de la prensa o los fans. Los problemas de logística se han sucedido cuando, transcurrido el tiempo y con la mayor parte de asistentes estacionados y todo el material promocional ubicado, han querido proceder con el movimiento de vallas. Haciendo unión entre nosotros para que se respetara nuestro lugar, hemos incluso ayudado a mover las vallas, momento surrealista como pocos.

Robin Hood
Desde buena mañana además, hemos analizado donde colocarnos estratégicamente, porque justo a nuestra izquierda nos delimitaba una apertura en la valla metálica por la cual iban a pasar los actores; no obstante, la masa de público llevaba acumulada ahí desde entonces sin previo aviso, a pesar de advertirlo en numerosas ocasiones a la organización sin éxito. Por la parte que nos incumbe, nos hemos temido que llegado el momento al intentar movilizar a las personas, hubiera presión e incidentes justo donde estábamos. Y así han transcurrido las últimas horas de pesadilla, con más preocupaciones que distracciones. El cansancio acumulado se ha apoderado de mis compañeros y de mí, y es que si mi gran miedo ha sido ir solo por si todo se desbarataba, por ello mismo he ido con la idea de no moverme un solo momento de mi lugar en todo el día.

Immortals
Por lo visto a pesar que Henry Cavill tenía programado asistir a El hormiguero, no le ha gustado el formato y ha declinado la propuesta; a pesar de lo atento que es el actor, quizás en esta anécdota sale a relucir la vena británica. Curiosamente Russell Crowe que, lamentablemente ha sido protagonista de mala fama no merecida, y al cual considero realmente natural y sincero, sí le ha gustado la propuesta y ha accedido a asistir en su lugar. El programa se iba a grabar de seis a siete de la tarde, por lo que hemos calculado que alrededor de las ocho ya empezaría a haber movimiento, todo y que no estaba confirmada de forma definitiva la hora, a pesar de las indicaciones.

La fría luz del día
Conforme se acercaba el gran momento, ha llegado otra situación de estrés e incertidumbre, si ya de por sí mover las vallas con toda la gente y tener que retirar todas las lonas y material publicitario para volver a colocarlo nuevamente ha sido toda una labor, no ha parecido suficiente. Como contrapartida de esta acción, el equipo personal de seguridad ha exigido que entre la valla y el stand del photocall debía haber exactamente dos metros. Al no ser así al haber movido las vallas, y en conjunto con otras irregularidades, han sido numerosas las veces que se han oído frases como que se cancelaba el evento o que los actores no iban a asistir. A veces es un milagro que algo salga medianamente bien, y he aquí cuando intervienen notablemente la personalidad y profesionalidad de los artistas, porque de lo contrario parece que se sirva en bandeja el deseo de no apostar su integridad física.

El amanecer de los muertos
Los actores estaban llegando, por lo que han abierto la valla por la puerta metálica y han apostado a la gente que había a ambos lados sin ningún tipo de separación, pretendiendo que los actores pasaran por ese pasillo humano de escasos centímetros de espacio. Las vivencias y experiencias del día por lo visto estaban sirviendo para tener una fe ciega en la buena voluntad de la gente, cuando curiosamente se ha cuestionado y medido constantemente toda la estructura del evento por una diferencia mínima de espacio. Quiero creer que visto lo que ha pasado luego ha sido un desvío de atención, cosa que igualmente no era necesaria, fuere como fuere sigo sin entender nada.

300
He llevado las portadas de bluray de Immortals, Watchmen, 300 y el pack de Gladiator y Robin Hood, aunque la organización ha repartido material promocional de El hombre de acero para las firmas, en concreto una lamina con la portada de la película. Lamentablemente han repartido dos modelos, en uno el reverso estaba en blanco y el otro contenía la ficha técnica, por suerte he cogido la versión completa. Dado el esfuerzo, tiempo y nervios invertidos, si ha habido momentos por la mañana después de llegar que he tenido cierta esperanza, por la tarde se ha esfumado por completo. Pensaba que había ido allí para nada, y es que el cansancio extremo no estaba siendo precisamente anulado con la incertidumbre de lo que iba a pasar ante tal desorganización. La presión de la gente cada vez ha sido mayor y, a pesar de no haber hecho calor y no haber llovido salvo dos puntuales gotas, apenas se podía estar en condiciones. La peculiar e incómoda velada se ha amenizado brevemente con el acto de aparición de personajes tales como Santiago Segura, Alberto Chicote y Christian Gálvez.

Watchmen
Ha sido entonces cuando la gente se ha exaltado, los actores por lo visto han entrado por la salida posterior del cine Capitol, y Henry Cavill me ha pasado por delante. Me ha sorprendido porque me ha dado la sensación de ver a Superman, me ha parecido nacido para el papel, unido a que siempre es un momento único ver por primera vez de cerca a un personaje que se admira. Le hemos llamado y ha dicho que ahora volvía, porque ha empezado a firmar por el final de la valla a nuestra derecha, por lo que he preparado mi carpeta con el poster de la película y la portada de Immortals. Cuando me he querido dar cuenta, dado que mis ojos estaban posados en Henry, que cada vez estaba más cerca, también ha pasado Russell Crowe por delante de mí. Me he quedado muy impresionado, no me lo he podido creer, me ha impactado tenerle tan cerca de repente. Le hemos llamado y ha dicho también que ahora volvía, al pasar por detrás de Cavill, que estaba firmando y a punto de llegar a nosotros, le ha preguntado sonriendo cómo iba la cosa.


Conforme se acercaba el actor protagonista, nuestras camisetas de Superman se hacían evidentes y hemos arañado más segundos con ellos de lo convenido, de hecho uno de mis compañeros de fatigas le ha preguntado que consejos le podía dar a un joven actor, ha respondido algo así como mucha perseverancia, entusiasmo y profesionalidad. Cuando ha llegado mi turno, y habiendo comprobado que se estaba haciendo fotos, le he dicho que he venido de Barcelona solo para la premiere, me ha firmado el poster y al pedirle foto ha posado conmigo. Me la ha hecho además no una persona cualquiera, sino un compañero del grupo con el cual nos hemos intercambiado cámaras antes para hacernos fotos mutuamente. Es un gran dibujante, lamentablemente no ha podido adentrarse aún en el peculiar mundo del cómic, donde quizás para iniciarse siempre hace falta un buen contacto, a partir del cual poder demostrar la auténtica valía. Para prueba de ello, solo hace falta ver un dibujo suyo del Superman de Christopher Reeve en estado de ira, como en la tercera parte, a raíz del contacto con la alterada kryptonita de defectuoso origen e incorrecta composición. Cuando he visto la foto no me lo podía creer, no todos los días se puede decir que se tiene foto con Superman. Ya había valido la pena todo lo sufrido.


Pocos momentos después ha sido cuando se ha acercado Russell Crowe y he visto que también se estaba haciendo fotos con los fans, al ver que era factible y solo con contemplar tal posibilidad, mis nervios han aumentado. Si con Henry el público ha estado exaltado, con el oscarizado actor la primera fila de la valla no ha tenido nada que envidiar a la de un concierto. Viendo que Cavill me ha firmado el poster, siendo solo una firma por persona, he optado por darle prioridad para tener todas las firmas de El hombre de acero reunidas. Cuando Russell se ha colocado enfrente de mí y me estaba firmando, le he dicho que es mi actor favorito y al pedirle foto ha posado amablemente, de hecho hasta que no se ha asegurado que ha salido no ha dejado de sonreír. Cuando he comprobado que había salido bien, si en la anterior ocasión no me lo podía creer, justo en ese momento la adrenalina se ha apoderado totalmente de mí; es curiosa la droga natural que supone en estos casos y cómo funciona el cerebro humano, porque el cansancio desaparece y se activa el cuerpo de repente, pasando de cero a cien ante tal hazaña.


Zack Snyder ha hecho acto de aparición, pero ha tenido que interrumpir su atención  hacia los fans para ir un instante al photocall, advirtiendo que volvía en breve. Detrás de un gran hombre hay una gran mujer, y en esta ocasión se trata de Deborah Snyder, quien también ha intervenido en la producción de la película. Nos ha firmado y se ha hecho fotos con especial atención y amabilidad. Al volver Zack, ha continuado firmando exactamente desde el punto donde lo había dejado, ha sido por un momento como si no se hubiera ido. Ha caído otra firma y otra foto, esta vez con el aclamado director, justo después que mis colegas le hayan felicitado por su película Sucker punch. ¿Quién me iba a decir que el sábado iba a estar con el dibujante de Watchmen y el lunes con el director de la película?


Al desaparecer Snyder hemos podido salir de la opresión para respirar libres. Me he despedido del grupo y, luego de comer y beber algo rápido que me ha sabido a gloria, he cogido un taxi. Es imposible explicar lo sentido, al ser puro sentimiento. Al llegar a casa de mis suegros, donde justamente han acabado de ver a Russell Crowe en El hormiguero, me ha costado conciliar el sueño a pesar del cansancio, y es que los nervios y expectación ante lo sucedido aún estaban latentes y a flor de piel. Aparte de la premiere en Madrid, tenía en mente recoger personalmente dos vasos en forma de calavera de Crystal head vodka y una caja para una de las botellas, que tenía reservados desde cuando asistí precisamente a la presentación en Gourmet experience. Así, si no tenía éxito, al menos habría aprovechado el viaje; no he sido consciente, por suerte, acerca de lo completamente equivocado que podía estar.


Esperanza.

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