A pesar que
intente transmitir lo que ha sucedido y como lo he sentido a cada momento, es
algo que es necesario vivir para poder explicarlo. Este
domingo me encontraba en Madrid con la idea en la cabeza, de hecho la pensaba desde
hace mucho tiempo e incluso me había llegado a obsesionar el fruto de
conseguirla: estar con mi grupo favorito desde que tengo memoria, para sacarme
unas fotos con ellos y que me firmaran. U2
estaban grabando desde hace algunos días el nuevo disco en los estudios Hannover Quay de Dublín, y empezaban a
verse las primeras fotos de los fans con ellos. El caso es que
inconscientemente, es algo que siempre había tomado por imposible, llevándome a
pensar que lo daría todo por una foto con Bono
y una firma suya. No obstante viendo recientemente que había gente que lo
estaba consiguiendo, me pregunté que porque conmigo no podía suceder lo mismo. Decidí
que era el momento dadas las circunstancias, así que, a pesar que no me hacía realmente
a la idea que lo conseguiría, y pensando que no obtendría lo que he visto en fotos
de otros, en lo que tardé en tomarme un café ya tenía mi vuelo hacía Dublín y
mi hotel en Temple bar. Cuando me
quise dar cuenta ya estaba hecho, al igual que otros planes alocados que he llevado
a cabo anteriormente, como la primera vez que vi en directo a U2 en Roma el 23 de julio de 2005, comprando
el vuelo sin tener siquiera entrada inicialmente, y gastando íntegramente mi
primera nómina para la ocasión.
A día de hoy,
he madrugado y me he preparado para el viaje,
se podría decir que me he ido con lo puesto hasta tal punto que me han
registrado más de lo normal en el aeropuerto, y es que los vinilos han sido
precisamente lo que más bulto hacía en mi mochila a pesar de llevar solo las
portadas. Llevaba desde el domingo nervioso, quizás porque iba demasiado
concienciado, de hecho me he encontrado de madrugada a mi tío en el tren,
viniendo de mi pueblo, y me lo ha notado. Sobre el mediodía he llegado a la
ciudad irlandesa, donde he cogido un taxi con un conductor de lo más amable,
que incluso al ver que me había quedado sin línea en mi móvil me ha querido
ofrecer el suyo para avisar que había llegado. Llovía un poco, así que he
pasado rápidamente por un supermercado para comprar algo de comida y bebida, de
hecho iba con tanta prisa y nervios en el cuerpo que he acabado de pagar la
comida a un mendigo que tenía delante en la cola, al cual no le alcanzaba, para
la poca cara de buenos amigos de la cajera. Una vez en el hotel, esperando en
recepción ha sonado como música de fondo Sometimes
you can’t make it on your own, si fuera supersticioso habría pensado que ha
sido una señal. He comido deprisa lo que había comprado, incluso más de lo
convenido, y me he dirigido hacia Hannover
Quay.
La verdad es que ha sido mi segundo viaje hacía la capital
irlandesa y jamás había ido solo, y no solo mi sentido de la orientación deja mucho
que desear sino que tengo extrema facilidad en perderme, por lo que quizás esas
condiciones han proporcionado una serie de catastróficas desdichas que
afortunadamente han acabado bien. En cualquier caso mea culpa el hecho de darse
estas características y yo igualmente dar por sentado que recordaría como
llegar. Iba en dirección correcta y pensaba que estaba cerca cuando ha llegado
un momento en el que no tenía ni la más remota idea de donde estaba, me
encontraba totalmente perdido. La zona me sonaba pero vagamente y
lamentablemente la ciudad, al igual que muchas otras, peca de que hay zonas que
son casi exactas. Solo miraba la hora, puesto que se hacía tarde y el hotel
apenas estaba a diez minutos de los estudios de grabación. Tenía los nervios a
flor de piel, estando negativo e incluso poniéndome en el peor lugar e
imaginándome que no llegaría y que no habría servido para nada lo que había
hecho, una total pérdida de tiempo y dinero. Para más facilidades como ya me he
dado cuenta en el taxi, estaba sin móvil gracias a la poca atención recibida
por parte de mi compañía operadora, así que con cierto grado de desesperación y
dada la poca buena pinta que tenía el barrio por donde me estaba dirigiendo, he
ido preguntando hasta dar con un señor realmente agradable que le ha venido de
paso acompañarme, por lo que me ha indicado una vez cerca que fuera por un camino
de lo más dudoso. Le he hecho caso y me he alegrado inmensamente al ver al cabo
de poco las letras de Grand canal docks,
que aparecen en el álbum All that you
can’t leave behind.
He cruzado la zona del muelle y una vez ubicado, he
distinguido claramente hacia donde tenía que ir, por lo que he empezado a
correr, desconociendo si ha sido por instinto, la adrenalina o el hecho de que
había una persona con capucha y las mismas gafas de sol que Bono, que luego ha resultado ser para mi
ataque cardíaco otro fan que esperaba. En la misma puerta, donde apenas había
cuatro personas, a pesar de saber la respuesta he preguntado si el grupo estaba
dentro, a lo que me han contestado afirmativamente. Ha sido peculiar estar en
el sitio donde tantas fotos estaba viendo últimamente, me he entretenido haciendo
alguna y dando vueltas, no recuerdo si la puerta se ha abierto alguna vez antes
pero ha sido cuando ha llegado mi gran momento.
Estaba de espaldas y he escuchado la puerta, me he girado
y he visto a Bono con Sam O’ Sullivan detrás, técnico de Larry y de la banda, se ha apoyado en el
marco y ha empezado a hablarnos tranquilamente. No sé si ha sido por la
naturalidad al salir o la forma tan apacible en la que se ha puesto a hablarnos
pero me he tranquilizado de golpe, aunque por dentro estaba exaltado y se me
notaba en la cara, por la ilusión o quizás por si algo salía mal, ha sido un cúmulo
de emociones en un reducido espacio de tiempo. El caso es que ha empezado a
hacerse fotos y a firmar, se ha mostrado muy amable y totalmente accesible a
todo cuanto le decían y pedían. Ha llegado mi turno y le he preguntado si me
podía hacer una foto con él, le he dado la cámara a la persona que tenía más
cerca y ha sido entonces cuando me he acercado a Bono, me ha pasado el brazo por detrás, me ha cogido y ha sonreído
de lo más natural para la foto mientras posaba. Lo primero que he hecho ha sido
comprobar que la foto había salido bien, cuando la he visto he pensado “tengo
foto con Bono”, era el gran momento que
estaba deseando tener.
He sacado los vinilos del Boy, War y The Joshua tree para que me los firmara,
en el primero ha hecho unas gafas a Peter
Rowen y en la reciente remasterización del último se ha dibujado un
sombrero a sí mismo. Mientras me firmaba su disco debut, le he comentado que
era mi disco favorito y le he expuesto mi predilección por la etapa más
temprana del grupo, y como me gustó el primer leg de Vertigo tour al retomar canciones de esa época. Ha sido de lo más surrealista
estar explicando eso a Bono, pero
quería hablar con él de lo que fuera tal como surgiera. Le ha gustado mi
comentario, quizás siempre se agradece que se recuerde una actitud joven y más
si es la que realmente querían volver a adoptar, ha creído que lo estaban
consiguiendo. Podía tomarse como una respuesta muy general sin comprometerse,
pero a mí me ha gustado el hecho de que estaba escuchando y atendiendo, más
allá de un mero asentimiento o afirmación. Cuando se estaba despidiendo le he
pedido otra foto, y ha accedido igual de amable que la primera vez; ha salido
borrosa y quien me la hacía ha tenido la amabilidad de decírmelo, así que no ha
tenido problema en repetir.
Cuando se ha cerrado la puerta no me lo podía creer, apenas
llevaba un rato allí, son mi grupo favorito desde que tengo memoria: unas caras
totalmente conocidas y familiares, que había visto en conciertos, videos, fotos
y portadas. Siempre tan cerca y a la vez tan lejos, unas personas mitificadas
por mi pasión y aparentemente inalcanzables, no obstante ahí estaba yo y así
habían sucedido las cosas. Yo había estado hablando con el cantante de mi banda
favorita desde siempre, contándole mis gustos precisamente acerca de su grupo
mientras me firmaba sus discos. Me he asombrado de mi templanza, es más, por
poco se le ha caído mi rotulador pero se lo he cogido, al igual que el tapón,
por lo que la situación se ha vuelto un poco cómica, buenos reflejos. Además
para mi suerte, una de las chicas que estaba conmigo me ha dicho que me había fotografiado
mientras me hacía las últimas fotos, por lo que le he dado mi correo
electrónico. Cuando las he recibido, con un “según lo prometido” como asunto, ha
resultado ser todo un making of.
Asimilando lo que había sucedido, he enviado un mensaje desde
el móvil de uno de mis compañeros de fatigas; la verdad es que estábamos ambos
eufóricos, si hacía frío apenas lo hemos notado dado nuestro estado, y es que
después de cosas así, se van todos los males de golpe. Es difícil transmitir lo
que se siente, nada como ver las caras de ambos en las fotos.
Al cabo de
poco se ha vuelto a abrir la puerta y ha aparecido Adam, que a diferencia de Bono
ha caminado hacia nosotros y se ha quedado justo en el centro, entre los que
estábamos. Me he hecho foto con él y ha empezado a firmarme los discos; me he
dado cuenta al instante que tal cual cogía el vinilo tal cual escribía en él,
por lo que todo y que lo único que importaba es que me firmara, había que ir
con cuidado de no darle con las prisas nada del revés. Al ver que no paraba de
sacarle vinilos me ha preguntado si me los había traído todos, a lo que le he
respondido que no, que tenía más en casa pero que si se esperaba volvía con
ellos (la verdad es que lo he cumplido a rajatabla). Se ha detenido en el War y me ha preguntado si seguía
escuchando el vinilo, a lo que le he contestado que por supuesto, que sonaba
mucho mejor. Es una persona que mira a los ojos y observa a quien firma,
totalmente detallista y cercano. No me lo podía creer: ya había estado
tranquilamente entre firmas y fotos con la mitad del grupo, dos de cuatro.
A partir de ahí, la espera se ha hecho larga y dura; el
caso es que ya de noche, un taxi se ha estacionado justo delante de la puerta
sin dejar espacio apenas, iba a salir alguien con prisas. Se ha abierto la
puerta y hemos visto a Larry, iba a
subirse directamente cuando hemos llamado su atención y ha alzado la cabeza, al
vernos ha rodeado el vehículo y apenas ha hecho un par de firmas. Lo he cogido
por detrás ya posando para cuando me hicieran la foto, al igual que hice con
los demás, y cuando ha parado de firmar, ha mirado a la cámara, ha posado y ha
sucedido algo posible pero improbable: una foto con Larry en los estudios de grabación de Hannover Quay. Creo recordar que ha sido la única noche que ha
salido a pie y se ha hecho un par de fotos, una es la mía. He ido a fotografiar
a quien me la había hecho y cuando nos hemos dado cuenta el fundador de la
banda ya se había metido prácticamente en el taxi, por lo que hemos llamado nuevamente
su atención indicando que faltaba él, no quiero imaginar si se llega a ir y mi
compañero se queda sin foto después de haberme hecho la mía. Después de la instantánea,
la cual además se ha hecho con prisas, en cuestiones de segundos ha
desaparecido. Ha estado apenas un momento con nosotros, de hecho no recuerdo
haber oído su voz. Si es posible, una firma siempre complementa a una buena
foto, pero está claro que la prioridad es lo segundo, por lo que me he quedado
sin firma, y más viendo que otra persona un poco más y se queda sin foto. He
valorado lo que tenía, que era mucho, había quien había priorizado la firma y
se había quedado sin foto y es que de prioridades va la cosa. Si ya de por sí en la foto con Larry se me nota cansado, tenía frío y el estómago revuelto, el
hecho de solo haber ingerido algo de comida rápida en un momento durante todo
el día no ha ayudado. Desconozco si han sido los nervios o todas las emociones
durante el día, pero me encontraba realmente mal, apenas hablaba y me movía, no
sé cómo he podido llegar después al hotel.
The Edge ha
salido en coche directamente desde el garaje y ha firmado a pocos desde dentro,
mi instinto ha sido ir a por la foto pero viendo que era imposible al haber
mucha más gente, he sacado los vinilos pero no he llegado a acercarme lo
suficiente para conseguir la firma. Adam
también ha salido con el coche pero ha abierto la puerta y se ha bajado,
atendiendo otra vez amablemente a los que había. No recuerdo si ha sido esta
noche o la siguiente que me aparté dado que ya tenía foto con él y todo
firmado, pero justamente aparcó el coche justo delante mío para salir, y al
abrir la puerta se encontró conmigo de cruces como si lo hubiera hecho a
propósito. Bono ha salido en coche y
ha tenido el gran detalle al ver tanta gente de salir y decir que estaba muy
cansado y que mañana más, ha dado la mano a los que tenía más cerca y se ha ido.
Si algo demuestran es que a pesar de lo que hacen y quienes son, saben quien
está allí esperando y pasándolo mal, e incluso llegan a dar explicaciones y a
excusarse de porque hacen las cosas, cuando no deberían. Todo un ejemplo de
comportamiento y humildad, que para mí ha supuesto un antes y un después y para
ellos solo un momento con un desconocido. Lo peor que puede pasar en estos
casos es caerse el mito, y desde luego U2
cuidan y procuran que no suceda.
Me he ido como he podido hasta el hotel, donde me he
tomado una merecida ducha y un té que me ha sabido a gloria; en la cama, me he
puesto a mirar las firmas y las fotos sin dar crédito antes de ponerme a dormir.
A veces los sueños se hacen realidad.