Hoy he estado en un portal de Barcelona, pero no uno cualquiera: en él se rodó [REC] y su secuela, ambas dirigidas por Jaume Balagueró y Paco Plaza, y protagonizadas por Manuela Velasco. En esta misma escalera era donde los actores recibían órdenes y acciones contrapuestas, siendo ellos los primeros sorprendidos ante la controversia y confusión que se generaban en las escenas de terror; la naturalidad y realismo en las reacciones fue un elemento crucial, dispuesto en el mejor emplazamiento posible.
La fluidez de los acontecimientos
alcanzó un matiz interesante, teniendo en cuenta las posibilidades que brindaba
el edificio por sí mismo; elementos como la trampilla del ático, de la cual se
desconocía su existencia, no solo proporcionaron ideas sino que mejoraron la
calidad de la propuesta. Incluso el taller textil, con la oficina ubicada en el
emplazamiento, sustituyó la idea inicial de una autoescuela.
La dirección es Rambla de Catalunya, 34, y supone un
espacio completamente vacío, salvo por la empresa Central distribuidora de manufacturas textiles, S.A.; el nombre de
dicha compañía, Cedimatex, S.A., administrada
por Jaime Argelich Twose, aparece en
la parte superior de la puerta exterior. El edificio, construido en 1896, está
constituido por cinco plantas con dos pisos de 180 m2 cada una, y ha
acogido alrededor de cien rodajes de películas y anuncios.
La característica estatua de la
fachada, con una figura femenina agarrada por los pies por un perro con cara de
demonio, no solo vaticinó e inspiró el final de la película, sino que está
rodeada de misterio: la obra es de autor desconocido y no figura en los planos
originales de la finca. A su vez, la doncella está rodeada de otras dos presencias,
de las cuales aparentemente se desconoce el papel a desempeñar en la escena
propuesta.
Las escaleras son de mármol
blanco, con la barandilla de hierro y un zócalo rojo, con una iluminación que
se ve favorecida por una claraboya. Las estancias vacías se caracterizan por el
parqué, que cruje al paso, y el techo de escayola junto a las paredes
enteladas. Sin embargo a primera vista desde el exterior, ningún rasgo parece
denotar distinción alguna con el resto de construcciones.
En el género de terror, los
escenarios pueden resultar más reconocibles, simbolizando el alma de la
película incluso por encima de otros aspectos. No es de extrañar, que si una
atmosfera de calidad es un requisito indispensable para adentrarse en la
historia, el escenario contribuya a ejercer relevancia. La escalera de los
residentes de [REC], no solo
contribuyó a desarrollar el guión y desenlazarlo, sino que se identifica como
un elemento icónico altamente reconocible dentro de la saga, tan importante
como el propio reparto.
Hogar dulce hogar.
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