viernes, 17 de mayo de 2013

Dan Aykroyd


Hace tiempo vi que Dan Aykroyd, conocido por su papel de Ray Stantz en Los cazafantasmas y de Elwood Blues en The blues brothers, solía firmar en destilerías; no entendía el porqué hasta el día de hoy.






Es creador y fundador de Crystal head, vodka único en concepto de pureza en términos de agua, cuyas características dado su origen no se encuentran en ningún otro lugar del planeta, grano, que es destilado de forma cuádruple, proceso, libre de ingredientes y compuestos adicionales no esenciales, y filtrado, a través de cristales que superan los quinientos millones de años de existencia. Al igual que sucedía en Indiana Jones: el reino de la calavera de cristal, el diseño de la calavera no es casual, hasta trece cabezas de cristal fueron apareciendo alrededor del mundo, origen de las cuales ha sido datado desde cinco a treinta y cinco mil años y fueron supuestamente pulidas con trozos de cuarzo durante periodos seculares, sin ninguna traza de herramienta utilizada en el proceso. Las calaveras tradicionalmente han ofrecido poder espiritual e inspiración a sus poseedores y no son consideradas como símbolo de la muerte, sino por el contrario de la vida.


Además, en marco del 50 aniversario de The rolling stones, se ha creado una edición exclusiva y limitada con Crystal head, el multi premiado vodka canadiense; y es que según palabras del propio Dan Aykroyd, el amor por ambos va ligado, y en mi opinión las calaveras tampoco quedan precisamente fuera de juego. El recopilatorio posee una cremallera, recordando el álbum Sticky fingers, un tapón decantador de cristal grabado con la icónica lengua y un tatuaje con el logotipo del cincuenta aniversario.


En marco precisamente de su promoción, he acudido al hotel W en Barcelona a las cinco de la tarde, donde he podido acceder al restaurante donde el actor me esperaba. Solo entrar, cuando apenas estaba reaccionando al verlo sentado en la mesa, se ha levantado y ha venido hacia mí a estrecharme la mano “Hola Marc, ¿Cómo estás? ¿Quieres café o algo de comer?”. Le he dicho que gracias pero que no hacía falta, que estaba perfecto y no necesitaba nada, y ha sido entonces cuando me ha preguntado si quería un traductor; le he contestado que si lo teníamos a mano perfecto, pero que si nos entendíamos sin problemas no hacía falta, me ha contestado que así estaba siendo, por lo que no hemos visto necesidad, y que me esperara un momento, que íbamos a su oficina. Ha sido entonces cuando hemos salido a la terraza, le estaba comentando que menuda oficina, que yo quería una igual, cuando me ha resaltado las vistas. Durante unos instantes nos hemos quedado quietos contemplando la playa, el surrealismo se estaba apoderando de la situación, me estaba pareciendo un sueño todo aquello.


Nos hemos sentado y, como no podía ser de otra manera, le he dado para que me dedicara su Crystal head, donde aparte de firmar poniendo mi nombre seguido de “¡Salud!”, ha escrito dos destacadas características: cero aditivos y ganador de oro en cata rusa de vodka (¿Si ellos no entienden de esta bebida alcohólica, entonces quién demonios lo hará?). Le he comentado que se iba a quedar sin espacio pero lo tenía bien calculado, y que la botella era genial aunque igual para uno solo demasiado, me ha contestado que lo ideal es para compartir con amigos, a lo que le he respondido que compartir es amar.








Le he dicho que tenía cierto material preparado, y le he sacado los vinilos de las bandas sonoras de Los cazafantasmas y Cazafantasmas 2; se ha quedado un poco sorprendido porque no sabía al principio lo que era al verlo hasta que se lo he comentado, me ha preguntado qué quería que pusiera. Le he dicho que como todo era para mí, si quería dedicarlos poniendo mi nombre en todos sería perfecto, y que escriba lo que desee. Ha cogido el vinilo de la segunda parte y, firmando como Ray, ha puesto “Reporta todos los fantasmas.”. Al coger la portada del primer vinilo ha escrito mi nombre, se ha quedado sonriendo, lo ha enseñado a la cámara y me ha estrechado la mano, “Estamos listos para creerte.” (Eso estaba pensando que me dirían cuando lo fuera a explicar).





Le he dicho que estaba ansiando la tercera parte, a lo que me ha respondido que se lo imagina y que están en ello, que pronto llegará; de hecho al respecto le he comentado que me faltaba entonces en la mesa el vinilo de la banda sonora de la tercera. La confirmación por escrito de ello ha sido en el bluray de la película: Marc, nos vemos en Cazafantasmas 3, Ray (curiosamente ha sido la tercera vez que ha firmado como el cazafantasmas). En el videojuego para Playstation 3, dado el poco espacio visible solo me ha puesto “Boo!”.






También he dejado caer que mañana iba a Madrid para verle de nuevo, concretamente en su presentación de Gourmet experience por la mañana y en la fiesta en Moma 56 por la noche. Me ha dicho sorprendido que esperaba verme y que me iba a buscar, ha sido entonces cuando nos hemos echado un par de fotos más, y me ha preguntado si lo quería entrevistar. Me he quedado más expectante si cabía, le he preguntado si realmente quería que lo hiciera, “Claro, eres mi periodista.”. No ha sido posible porque le han informado que se estaba enfriando el pescado, quizás al día siguiente si se daba la ocasión, pero más allá del hecho de preguntarle algo poco revelador que podía encontrar en Internet o que ya hubiera dicho a otra persona en otro lugar, se me ha quedado grabado a fuego su predisposición y el hecho en sí. Ha sido él quien quería hacerse las fotos conmigo, me ha estrechado la mano constantemente mientras firmaba y ha querido que lo entrevistara. Aún acabando de concienciarme de lo que acababa de suceder, le he dicho que ha sido un sueño hecho realidad y que era una excelente persona, me ha dado un abrazo.



Precisamente, en contexto de una doble sesión sorpresa del ciclo de cine Phenomena, asistimos a la proyección en versión original de Ghostbusters el 6 de enero, a modo de regalo navideño de reyes. Si me lo hubieran dicho por entonces jamás lo habría creído, disfrutando de una de las películas favoritas actuales y de mi infancia en la gran pantalla de uno de los últimos, y mi predilecto, cine teatro de Barcelona: Urgel. Lo acontecido posteriormente me habría parecido ficción.


Poco más en lo que extenderse, es un comentario que vuelvo a repetir pero simplemente a veces, los sueños se hacen realidad.


¡A por ella Ray!

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