Setlist
Sugar
Someone says
Smokers outside the
hospital doors
Bones
Eat raw meat = blood
drool
Two hearted spider
You don’t know love
All sparks
Formaldehyde
A ton of love
Like treasure
An end has a start
Bullets
In this light and on
this evening
The phone book
Munich
The racing rats
Honesty
Encore
Bricks and mortar
Nothing
Papillon
Hoy ha sido en Barcelona el
concierto de
Editors en la sala
Razzmatazz, con motivo de la presentación
de su nuevo disco:
The weight of your
love. Este cuarto álbum está marcado por la salida de la guitarra de
Chris Urbanowicz, y la entrada al grupo
de
Justin Lockey, en su sustitución,
y de
Elliott Williams como guitarra
adicional y sintetizadores. Desconozco si este nuevo estilo adoptado es un paso
más en su evolución o un comienzo desde cero con la experiencia adquirida, al
fin y al cabo, con
In this light and on
this evening se derivó hacia la electrónica, por lo que este último en
cuanto a progresión se ubicaría después de
An
end has a start. No obstante, no hay connotación negativa en ello, porque
el disco mantiene la calidad a la que el grupo ha acostumbrado.
Dicho lanzamiento ha sido un
acto muy premeditado: han pasado cuatro años desde el anterior álbum, teniendo
en cuenta que los tres primeros discos tienen un espacio de dos años entre
ellos. Estaba preocupado por la salida de
Chris
en cuanto al directo se refiere, pero con el hecho de que hayan entrado
Justin y
Elliot, parece como si la banda hubiera incluso querido compensar
dicha carencia, teniendo en cuenta la duradera formación original desde el lanzamiento
de
The back room en 2005.
A pesar del cambio en la
formación he conseguido que me firmaran al completo el vinilo del último disco.
Russell Leetch me ha resaltado que le
gustaba mi camiseta, que me compré precisamente en el anterior concierto de
Barcelona en 2009; al llevar una calavera, como camiseta de
Editors es atípica.
Tom Smith también nos ha atendido sin problemas, le he comentado
que estaba esperando con ganas el concierto, me ha respondido que él también.
Poco después hemos visto a
Russell pero
esta vez acompañado de
Elliot, uno de
los dos nuevos integrantes, y luego ha salido
Edward Lay.
Justin se
encontraba fumando fuera de la sala cuando hemos podido acceder a él para
obtener la última firma que faltaba.
Un buen grupo se caracteriza
fundamentalmente por un buen directo, que no conlleva necesariamente un buen
espectáculo, y el nuevo álbum no defrauda en vivo, ganando en todos los
aspectos. Las clásicas suenan incluso más a rock, herencia directa del aumento
de cuatro a cinco miembros en la banda, pero puntualmente quizás se abusa de
dicha condición y se crea más ruido y prolongación del mismo del necesario.
Quizás es mejor poner el caso de
Like
treasure como ejemplo, que no resulta irreconocible pero sí se le arrebata
lo que la hacía especial; aún así, es un precio bajo a pagar con tal de asistir
a un concierto tan movido de principio a fin.
La motivación que se presencia
sigue siendo característica,
Tom sigue
con sus excéntricos y extravagantes movimientos que tan personales resultan,
eso sí, relativamente controlados en comparación de anteriores ocasiones. La
conexión con el público cada vez se torna más completa, adquiriendo consciencia
de la trascendencia sólida que existe, puesto que cuatro discos son
suficientes, dada la duración del concierto, para interpretar parcialmente el
nuevo disco y éxitos sin resentirse dicha base. Como prueba, la importancia
atribuida a
Papillon como desenlace,
gran tema adaptado para esta nueva gira añadiendo ciertas modificaciones.
Es la séptima vez que los veo
en directo y creo que ha sido la vez que más me han gustado, solo hay que vivir
A ton of love, primer sencillo del
último álbum, para entenderlo.
Desire!