El maestro del agua supone el primer trabajo de Russell Crowe como director, una
película que ha estado gestando durante años y en la que interpreta el papel
protagonista. La historia está basada en hechos reales, y trata sobre Connor, un padre australiano que
emprende un viaje a Turquía en la búsqueda de los cuerpos de sus tres hijos,
fallecidos en la guerra de Galípoli.
Estos acontecimientos suceden
después de que su esposa se suicide, y este prometa en su tumba que los
encontrará. Puede asemejarse a un drama con pinceladas de tragedia, al ser el
único padre que va en busca de los cuerpos de sus hijos y las dificultades que
ello le conlleva, pero no hay que olvidar que es la esperanza el elemento
fundamental de todo cuanto le mueve y acontece.
En el camino que emprende hacia
Turquía conoce a Ayshe, interpretada
por Olga Kurylenko, quien también ha
perdido a su marido en el campo de batalla. Su relación será crucial para seguir
adelante con su viaje, y comprender la naturaleza del mundo que le rodea. No
obstante, el giro de trama sucede cuando descubre que Arthur no murió en combate y fue hecho prisionero. A partir de esa
inflexión, se da inicio a la verdadera búsqueda.
Se muestran las consecuencias de
la guerra, atribuyendo verdadera énfasis a las pérdidas personales y al
escenario resultante tanto para las familias como para los tiempos venideros.
La narración de los acontecimientos y la construcción de los personajes hacen fácil
su comprensión e identificación con los mismos.
Distintas premisas parecen llamar
la atención como nexo conductor de los sucesos, tales como que un padre nunca
debería enterrar a sus hijos, o la imperiosa necesidad de conocer el paradero
de los seres queridos, aunque estén fallecidos. La dirección llama la atención sobre
todo al inicio de la película, con planos en picado y secuencias con gran
efecto. Posee un ritmo adecuado, quizás parece perder un poco de fluidez en el
último tramo, pero no deja de suponer una pequeña calma antes del desenlace.
La visión de Estambul que se
ofrece, desde la importancia del café en la cultura a los paisajes y
construcciones, completa junto a la fotografía la necesidad de mostrar
correctamente el escenario. Quizás se eche en falta profundizar en la condición
de Connor como buscador de agua,
arrojando más detalles e información, siendo los australianos los mejores en
tal hazaña y teniendo en cuenta que tales habilidades parezcan conducirle
incluso a premoniciones que le guían en la aventura.
La banda sonora está
perfectamente ambientada dado el contexto histórico y escénico, y posee temas
en concreto que resultan épicos. Russell
Crowe ha aprobado como director, siendo una película que invita a esperar
un siguiente trabajo suyo, siempre y cuando no deje de lado la interpretación
de la misma. Es notable que ha dirigido este proyecto con cariño y total
conocimiento de la materia, tanto en la recreación de los escenarios como de
los hechos históricos. Su experiencia adquirida de anteriores trabajos, tal y
como montar a caballo u otros tintes de contexto bélico, le han servido para
forjarse una buena base sobre la que trabajar y hacer creíble lo que se
visualiza en pantalla.
Tangu.
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