viernes, 24 de abril de 2015

El maestro del agua


El maestro del agua supone el primer trabajo de Russell Crowe como director, una película que ha estado gestando durante años y en la que interpreta el papel protagonista. La historia está basada en hechos reales, y trata sobre Connor, un padre australiano que emprende un viaje a Turquía en la búsqueda de los cuerpos de sus tres hijos, fallecidos en la guerra de Galípoli.


Estos acontecimientos suceden después de que su esposa se suicide, y este prometa en su tumba que los encontrará. Puede asemejarse a un drama con pinceladas de tragedia, al ser el único padre que va en busca de los cuerpos de sus hijos y las dificultades que ello le conlleva, pero no hay que olvidar que es la esperanza el elemento fundamental de todo cuanto le mueve y acontece.


En el camino que emprende hacia Turquía conoce a Ayshe, interpretada por Olga Kurylenko, quien también ha perdido a su marido en el campo de batalla. Su relación será crucial para seguir adelante con su viaje, y comprender la naturaleza del mundo que le rodea. No obstante, el giro de trama sucede cuando descubre que Arthur no murió en combate y fue hecho prisionero. A partir de esa inflexión, se da inicio a la verdadera búsqueda.


Se muestran las consecuencias de la guerra, atribuyendo verdadera énfasis a las pérdidas personales y al escenario resultante tanto para las familias como para los tiempos venideros. La narración de los acontecimientos y la construcción de los personajes hacen fácil su comprensión e identificación con los mismos.


Distintas premisas parecen llamar la atención como nexo conductor de los sucesos, tales como que un padre nunca debería enterrar a sus hijos, o la imperiosa necesidad de conocer el paradero de los seres queridos, aunque estén fallecidos. La dirección llama la atención sobre todo al inicio de la película, con planos en picado y secuencias con gran efecto. Posee un ritmo adecuado, quizás parece perder un poco de fluidez en el último tramo, pero no deja de suponer una pequeña calma antes del desenlace.


La visión de Estambul que se ofrece, desde la importancia del café en la cultura a los paisajes y construcciones, completa junto a la fotografía la necesidad de mostrar correctamente el escenario. Quizás se eche en falta profundizar en la condición de Connor como buscador de agua, arrojando más detalles e información, siendo los australianos los mejores en tal hazaña y teniendo en cuenta que tales habilidades parezcan conducirle incluso a premoniciones que le guían en la aventura.


La banda sonora está perfectamente ambientada dado el contexto histórico y escénico, y posee temas en concreto que resultan épicos. Russell Crowe ha aprobado como director, siendo una película que invita a esperar un siguiente trabajo suyo, siempre y cuando no deje de lado la interpretación de la misma. Es notable que ha dirigido este proyecto con cariño y total conocimiento de la materia, tanto en la recreación de los escenarios como de los hechos históricos. Su experiencia adquirida de anteriores trabajos, tal y como montar a caballo u otros tintes de contexto bélico, le han servido para forjarse una buena base sobre la que trabajar y hacer creíble lo que se visualiza en pantalla.


Tangu.

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