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sábado, 26 de septiembre de 2015

Arnold Schwarzenegger


Este fin de semana se ha celebrado en el pabellón de cristal de Madrid la quinta edición del mayor evento multideportivo de Europa: Arnold classic Europe. Como es de costumbre, el culturista por excelencia y famoso actor a quien se debe el nombre del evento, Arnold Schwarzenegger, ha hecho acto de presencia. No todos los días se estrecha la mano al gobernador de California.


Sin lugar a dudas dada su constitución, el papel que lo catapultó a la fama fue el de Conan el bárbaro, pero su interpretación y asociación por excelencia siempre ha sido y será como Terminator, obra maestra de James Cameron. A pesar que el director no lo tuviera en consideración inicialmente, no solo volvió a trabajar con él para una secuela que superó a su antecesora, sino que llegó a dirigirlo de nuevo en otra joya del género: Mentiras arriesgadas, junto a Jamie Lee Curtis y Tom Arnold.


Conan no ha sido la única adaptación de cómic que protagonizó, dado que en Batman y Robin interpretó al doctor Victor Fries, más conocido como Mr. Freeze, villano del murciélago. No obstante, como película de culto cabe destacar Desafío total, obra de ciencia ficción que volvió a suponer un paso importante en su carrera junto a Depredador de John McTiernan, quien lo volvería a dirigir en la infravalorada El último gran héroe.


También hubo tiempo para la comedia, buen ejemplo de ello son Los gemelos golpean dos veces, Poli de guardería y Junior, que protagonizó bajo la dirección de Ivan Reitman, director de las dos entregas de Cazafantasmas y El pelotón chiflado. Sin embargo, Un padre en apuros se definiría como su película navideña por excelencia, donde volvería a aparecer en pantalla junto a James Belushi, coincidiendo de nuevo desde Danko: calor rojo.


Antes de emprender carrera política, sus últimos papeles fueron protagonizando El fin de los días, El sexto día y Daño colateral, suponiendo Terminator 3: la rebelión de las máquinas su último papel. El hecho de que Cameron no estuviera al frente de la producción denotó una considerable caída de calidad de la misma, a pesar de no haber existido mejor elección antes de dejar temporalmente el mundo del cine.


En su ausencia en el séptimo arte tuvo un cameo digital precisamente en dicho rol, en lo que supone la escena más esperada de la película Terminator: salvation; también realizó durante su mandato una aparición estelar en Los mercenarios, junto a Bruce Willis y Sylvester Stallone. Fue precisamente en la segunda parte de esta saga, donde desempeñó su vuelta formal al mundo del cine, repitiendo en su papel de Trench incluso para una tercera entrega, junto a Mel Gibson y Harrison Ford.


En cualquiera de los casos, Arnold volvió como protagonista con El último desafío, que junto a Plan de escape con Stallone como compañero de reparto, supusieron su transición al retorno de su papel más icónico en Terminator: Génesis. También merece especial mención Maggie, película dramática en marco de un apocalipsis zombie protagonizada por el conocido actor austríaco.


Arnold Schwarzenegger no solo ha significado todo un ícono de la cultura popular, sino que como héroe de acción es garantía de éxito en sus producciones, siendo un hecho constatable como llena la pantalla, sea cual sea el formato, y como se ha tenido en cuenta su regreso; como prueba de ello, su aparición en el episodio final de Dos hombres y medio, el cual no supone el primer ejercicio de cómica auto-crítica para el actor. Sin lugar a dudas, solamente hace falta una conocida cita para percatarse acerca de la repercusión que ha provocado Arnold.


Volveré.

jueves, 4 de diciembre de 2014

El héroe que toda premiere necesita


No suelo creer en las señales, pero es una anécdota que merece la pena ser contada después del éxito, y es que estaba escuchando la banda sonora en vinilo de El caballero oscuro: la leyenda renace cuando me enteré que Christian Bale, Ridley Scott y María Valverde asistirían a la premiere de Exodus: dioses y reyes en Madrid.


La disposición de los elementos me recordaba al estreno de El hombre de acero el año pasado, solo que en esta ocasión la premiere no tendría lugar en pleno centro de la capital, sino en Kinepolis. En cualquiera de los casos, al ser de Barcelona, no es una decisión que pueda tomar a la ligera, pero la presencia del actor galés merecía toda mi atención y empeño en el viaje.


El año 2008 asistí a la premiere de El caballero oscuro, que se proyectó en versión original subtitulada en el cine teatro Coliseum de Barcelona, tres semanas antes de la fecha oficial de estreno. A pesar de carecer de entrada y no tener previsto el evento, en última instancia conseguí no solo entrar, sino posicionarme entre los primeros en hacerlo. Pude acceder al palco, donde nos obsequiaron con palomitas y agua caracterizadas con el símbolo de Batman.


El motivo por el que entonces no consideré si quiera posicionarme en la valla, a pesar de la presencia de Christopher Nolan, Christian Bale, Aaron Eckhart y Maggie Gyllenhaal, fue que no había espacio en primera fila, y las medias tintas en cuanto a posicionamiento se refiere no existen. Tomé como prioridad ver la película, y una vez dentro la proyección de como transcurría la premiere en el exterior, incluyendo la llegada del reparto. Nolan, en el interior del cine con el resto del elenco subido al escenario, remarcó las cifras de taquilla que estaba consiguiendo El caballero oscuro.


Me consta que Christian Bale no se hizo fotos con nadie, a pesar de firmar con su característica petición constante de nombre, hecho que refuerza mi circunstancia de haber asistido solamente para disfrutar de la película, con especial mención al ambiente que se apoderó de la situación. No obstante, la sensación de “tan cerca y tan lejos” volvió a apoderarse de mí, y puede decirse que a día de hoy he cumplido un sueño.


Recuerdo perfectamente cuando Warner bros. pictures anunció en un comunicado oficial que Christian Bale sería Batman, mi personaje de cómic favorito: tuve que buscar en la red de quien se trataba, para darme cuenta que fue quien protagonizó American psycho.


Estaba claro que faceta suya había llamado la atención, dadas las características a cubrir del personaje; no obstante, aproveché cuando se estrenó El maquinista para ir a ver la película de producción española, que precisamente se había rodado en Barcelona, y comprobar al actor en acción. Quedé impresionado por su entrega y dedicación para introducirse en el personaje; de hecho, para el rodaje de la misma, se adelgazó hasta los 55 kg., comiendo solamente al día una manzana y una lata de atún, y bebiendo un café.


Como profesional se ganó mi respeto, pero lo que ha sucedido con la trilogía de El caballero oscuro de Christopher Nolan es histórico: no solo por las entregas en sí mismas, que suponen obras maestras del género, sino por el estilo a la hora de tratar el contenido, y la nueva tendencia que se creó para hacer cine. Nolan también trabajó con Christian Bale en El truco final (el prestigio), excelente película que de nuevo puso en juego la dualidad como subtrama, temática que le atrae especialmente.


El inicio de su carrera protagonizando El imperio del sol en 1987, de Steven Spielberg, no solo mereció los aplausos de la crítica por sus dotes interpretativas, sino que compartió el honor de trabajar, con apenas trece años, con actores de la talla de John Malkovich. No obstante su momento de reconocimiento llegaría recientemente con el Óscar por la película El luchador, donde volvió a bajar considerablemente de peso para el papel; moldear su cuerpo no es algo que preocupe precisamente al actor, a juzgar por el aspecto que consiguió alcanzar con La gran estafa americana.


Bale ha trabajado también con Russell Crowe en El tren de las 03:10, y el hecho de protagonizar el papel de John Connor en Terminator: salvation, franquicia por la que tengo especial predilección, solo hizo que confirmar una vez más la polivalencia del actor; el papel de Moisés en Exodus: dioses y reyes vuelve a ser prueba de ello.


Es curioso el hecho de que ambos actores hayan tomado recientemente el rol de personajes bíblicos, sobre todo teniendo en cuenta que perfectamente se podrían haber intercambiado los papeles, y de hecho casi así sucede, dando por sentada la química entre Ridley Scott y Crowe, quien protagonizó Noé.


Y respecto a estar involucrado en franquicias y películas señaladas, precisamente es digno de mención Ridley Scott, al suponer en ese aspecto una leyenda para el séptimo arte por títulos como Alien: el octavo pasajero, Blade runner, Gladiator, Hannibal y Robin Hood. Sin lugar a dudas, su presencia no solo ha sido imprescindible en la historia del cine, sino que como director, ha tenido la peculiaridad de tomar las riendas en sagas y producciones con gran renombre y repercusión, altamente conocidas en la actualidad a pesar del paso del tiempo.


Escrito esto, y volviendo al caso que me ocupa, no me podía permitir el lujo de no intentarlo. Precisamente ayer vi en directo la premiere que tuvo lugar en Londres, sobrando decir que con mayor presencia de elenco de la película y lamentablemente mejor elegancia y organización que aquí.


Tanto Bale, Scott como María, han llegado a la capital hoy mismo por la mañana, fecha del estreno en marco de la Madrid premiere week, justo a tiempo para comer en el hotel y atender a la rueda de prensa. Salvo la actriz, que vive en Madrid, no han hecho noche en la ciudad y han cogido el vuelo de vuelta después de la premiere; de hecho, han cancelado la reserva que tenían para la cena, precisamente por ese motivo.


Estas condiciones han acotado las posibilidades de tener mi pequeño gran momento, no obstante, ha sido en la propia premiere en Kinepolis, donde ha habido éxito. El extremo frío ha convertido la espera de seis horas en una ardua tarea, y todo y que la estancia en la valla ha sido más cómoda y, apenas representativa de la mitad del tiempo que supuso el día en el estreno de El hombre de acero, el clima ha sido decisivo.


A la llegada de Christian Bale, el actor nos ha atendido directamente al bajarse de la furgoneta. Como es de costumbre, y más después de la espera, la sensación es que ha sucedido todo muy rápido; se ha comportado notablemente a pesar de la presión a la que estaba sometido, hecho por el cual he priorizado la foto a la firma.


He podido intercambiar unas palabras con él, agradeciéndole su atención y diciéndole que era el mejor, a lo que me ha mirado a los ojos y sonriendo me ha dicho: ¿En serio? Muchas gracias a ti, eres un gran fan. La conversación puede parecer protocolaria o recurrente en este tipo de eventos, careciendo de originalidad, pero lo que me quedo para siempre no es el contenido, sino el recuerdo en sí de interactuación con mi ídolo.


Después de la premiere he podido compartir un pequeño momento con Ridley Scott, quien a pesar de nunca hacerse fotos ha accedido a firmar. En cualquier caso, gracias a una cámara que estaba registrando la escena en video, he podido realizar una captura cuando me estaba firmando el pack en bluray de Russell Crowe con Gladiator y Robin Hood. Ha sido justo en el instante que saltaba un flash, mejorando la iluminación de mi momento con él.


Personalmente me ha sorprendido su asistencia, desconozco si es casualidad o viene condicionada con que gran parte de Exodus: dioses y reyes haya sido rodada en España, junto a la presencia de María Valverde en el reparto. La actriz, que interpreta a Séfora en la película, ha subido el listón una vez más en su último trabajo con Ridley Scott y Christian Bale; a juzgar por el instante que he estado con ella, su trato se caracteriza por su humildad y amabilidad.


Quizás finalizar diciendo que ha sido un sueño hecho realidad puede asemejarse repetitivo cuando sucede más de una vez, es decir, no es un concepto que se suela asociar al plural. No obstante, no es falsa humildad, es el sentimiento originado a raíz de lograr algo deseado que psicológicamente parecía inalcanzable, hecho por el cual aún me es difícil concienciarme a la escritura de estas líneas, y es que, nunca mejor dicho dado el contexto del estreno, los dioses los creamos y alzamos nosotros.


Dioses y reyes.

viernes, 10 de octubre de 2014

Gremlins


Este año se celebra el 30 aniversario de la película Gremlins, dirigida por Joe Dante y en cuyo reparto se encuentra Dick Miller. 1984 también acogió el estreno de Terminator, donde el actor repetía casting, y Cazafantasmas; dicho año supuso el estreno e inicio de estos tres grandes universos, cuya repercusión en el séptimo arte perdura a día de hoy. Ambas celebridades han estado hoy presentes en Sitges, para conmemorar el acontecimiento realizando una rueda de prensa, donde toda pregunta ha tenido cabida.


Dante ha dirigido, entre otras numerosas películas, Piraña, Aullidos, La dimensión desconocida, Gremlins, El chip prodigioso, No matarás… al vecino, Gremlins 2: la nueva generación, Matinee, Pequeños guerreros y Looney tunes: de nuevo en acción. Miller, por su parte, podría decirse que prácticamente ha aparecido en todas sus obras, conformándose como actor recurrente de su elenco.


La primera pregunta ha sido cuanto menos sorprendente, en relación a qué influencia habían ejercido los huevos de Alien: el octavo pasajero de Ridley Scott en Gremlins. A destacar que lo que aparece en la película se trata de capullos y no huevos, pero en cualquier caso la respuesta no se ha hecho desear, y ha sido sincera y directa por parte de Dante: ya sabes, un huevo es un huevo.


En relación al progreso y evolución de los efectos especiales, el veterano director considera que se trata de una gran herramienta, pero que a pesar de las facilidades que proporcionan, actualmente habría rodado exactamente de la misma forma. En el caso que nos ocupa, fue necesario elevar todo el escenario para habilitar espacio a los controladores de las marionetas; hoy en día no sería necesario, porque se limitaría a hacerlos desaparecer en la postproducción.


La consulta por excelencia no se ha hecho esperar, acerca de la posibilidad de una tercera parte de Gremlins. “Nunca me lo habían preguntado”, ha contestando Joe Dante sonriendo. Confiesa convencido que habrá una nueva entrega, dado que es una franquicia demasiado potente para no seguir aprovechándola. En cualquier caso, cree que a pesar de seguir la premisa de las dos anteriores, tendrá una perspectiva y enfoque totalmente distintos, tomando otros caminos. De momento no está considerado para el proyecto.


Dick Miller ha despertado la curiosidad acerca del hecho que aparezca prácticamente en todas sus películas: no es una circunstancia o condición que se tuviera pensada de antemano, simplemente ha surgido. Mantienen una gran relación profesional y de amistad, en cualquiera de los casos, hay que tener en cuenta que en diversas ocasiones simplemente se ha tratado de cameos. No obstante el actor lo tiene claro: el trabajo es trabajo.


Acerca de qué película Joe Dante ha visto más veces, la respuesta ha sido facilitada sin vacilación: Gremlins. Dado el éxito logrado, se ha visto conducido a revisionarla en numerosas ocasiones, situándose precisamente su obra en el primer puesto de dicha selección.


Sobre el origen de los Gremlins, y las posibles referencias que hayan podido influenciar a la hora de idearlos, Dante ha recriminado bromeando no haber prestado atención a Murray Futterman. Dicho personaje, interpretado por Dick Miller, hacía alusión a la leyenda urbana acerca de la intrusión de criaturas en los aviones y carrocería de combate durante la segunda guerra mundial.


Uno de los asistentes se ha confesado fan incondicional de Pequeños guerreros, película que marcó su infancia y considerada de las últimas de su género. El modelo de cine ha cambiado, y en consecuencia la categoría de película familiar también; prueba de ello es que las que comparten ciertas características, parecen asignarse inconscientemente en el grupo de la vieja escuela. Es cierto que la combinación perfecta de aventura, miedo y comedia, al menos en los tintes que se estaba acostumbrado, parecen cosa del pasado salvo alguna excepción.


Resulta cuanto menos curioso que a Joe Dante le gustara más su secuela, Gremlins 2: la nueva generación; según ha comentado, en el transcurso de su carrera como director logró la verdadera relevancia de cara al público general con Gremlins, a pesar de haberse mantenido siempre fiel a su estilo. La cuestión es que debido a su éxito, en la segunda entrega se le proporcionó más libertad, circunstancia que le permitió hacerla más grande y divertida.


Durante el rodaje, regidos por el nivel de satisfacción que se quería alcanzar, frecuentemente se cuestionaban el resultado de las secuencias. Luego recapacitaban y restaban importancia a la situación, dando por hecho que posteriormente Jerry Goldsmith adecuaría la esencia a la escena en cuestión, con su excelente banda sonora. Sin él no habría sido lo mismo. Su último trabajo como compositor fue con Looney tunes: de nuevo en acción, donde murió antes de finalizarla y su trabajo tuvo que ser completado, se ha lamentado Dante.


Cuando se ha preguntado si conservan algo de la película, Joe Dante ha abrazado a Dick Miller. Una vez más, ha quedado patente su amistad y la admiración que le confiere por su labor profesional.


Finalizado el encuentro, he podido mantener un momento realmente especial con ellos. Joe Dante me ha pedido mi nombre para firmarme las dos películas de Gremlins, mientras su mujer me comentaba que le encantaba mi camiseta de Stripe, y que siempre ha sido su favorito. De hecho ha sido ella quien ha insistido en hacernos una foto a ambos con él, mientras le señalaba a su marido mi camiseta.


Hay un Gremlin de verdad en mi excavadora.

viernes, 5 de junio de 2009

Terminator salvation


La nueva entrega de Terminator supone un punto y aparte dentro de la franquicia. Situada cronológicamente después de los acontecimientos principales de la trilogía, pero anterior a los flashbacks en 2029, rompe totalmente con el concepto de la guerra del futuro, ahora. Los ingredientes de la trama, compuestos anteriormente de persecuciones, han dado paso hacia la más pura supervivencia en el campo de batalla, donde se prioriza el conocimiento del enemigo sobre las demás materias.


Los Ángeles, 2019: la guerra todavía no se libra íntegramente de noche, y tampoco existen los viajes en el tiempo o las armas láser; sin embargo, es el escenario perfecto para narrar las vivencias de Kyle Reese, conocidas en el contexto de la primera entrega. Se muestra el modelo T-600 con piel de plástico, así como las cárceles de reclusión y el origen de la cicatriz de Connor; tampoco faltan la foto de Sarah y sus grabaciones.


Sin embargo, el momento más esperado de toda la película es la primera aparición del modelo T-800, cuyo cameo de la cara más conocida del mismo, aunque digital, era necesario. En ese aspecto, las referencias continuas se han ganado su espacio a buen precio, aunque sea sacrificando levemente la cohesión de la historia; no obstante, hay novedades en cuanto a los modelos de Terminator, destacando la motocicleta y el exterminador acuático.


Christian Bale como John Connor supone la nota interpretativa de la película, junto a Sam Worthington en el papel de Terminator. Bryce Dallas Howard apenas aparece en pantalla, a pesar de cumplir notablemente, condición que supone una postura inteligente al seguir con la continuidad del personaje de Katherine Brewster presentado en Terminator 3: la rebelión de las máquinas, pero relevado a un segundo plano. Lo mismo sucede con Helena Bonham Carter, cuya presencia es anecdótica, siendo desaprovechado el recurso de su implicación con Cyberdyne systems.


La historia de Marcus Wright puede resultar confusa, pero es el único modo de permanecer fiel a la franquicia con el equilibrio de fuerzas, introduciendo de nuevo a un Terminator a favor de la resistencia, reconocible en estética y comportamiento. A pesar que acabe suponiendo una traición, cabe decir que a modo de infiltración su cometido es perfecto, al no tener conciencia de quien es realmente. Todo ello, con el único fin y propósito de conducir a John Connor ante el último modelo de Skynet: T-800.


Anton Yelchin como joven Kyle Reese apenas llama la atención, no siendo su construcción del personaje reconocible con la del soldado enviado del futuro para proteger a Sarah Connor. Michael Ironside, a pesar de no desarrollar un elemento tan importante en la trama, aporta con su interpretación desafiante un nuevo matiz a la historia, poniendo en duda la profecía sobre John como líder de la resistencia.


Lamentablemente la banda sonora pasa inadvertida, a pesar de contar en su composición con el gran Danny Elfman; no obstante llama la atención puntualmente, durante escenas de acción y en su versión del tema principal de Brad Fiedel. Sin lugar a dudas este hecho supone un pequeño gran lastre, teniendo en cuenta la fuerte presencia de este apartado, decisivo en el resultado final de las películas de Terminator.


En cuanto a los temas musicales escogidos, a pesar de no llegar a la elegancia demostrada en la segunda parte, cuya alternativa habría sido desacertada, suena Rooster de Alice in chains y hay un guiño importante con You could be mine de los Guns ‘n’ roses. En ese aspecto, todo y poder parecer forzado, se rinde un excelente homenaje a la época que representan estas canciones en la película.


Para que la correcta valoración de la propuesta sea posible, se torna como requisito incondicional e indispensable tener en un pedestal las dos primeras entregas, obras maestras de James Cameron; la tercera en ese aspecto, apenas es necesaria como mero nexo de unión, en cuanto a composición temporal y situación de los personajes se refiere. Su gran virtud es a la vez su gran defecto, dado que aprovechar las referencias en exceso puede resultar en una falsa emulación de la fórmula que funcionó, lastrando así la calidad del resultado.


Terminator ha vuelto, pero sin Arnold Schwarzenegger, y al no aparecer el personaje que interpreta, sobre el cual recae todo el simbolismo y éxito de la saga, dificulta el reconocimiento de la misma. Su gran punto negativo es no haber aprovechado al máximo todas sus posibilidades, al contrario de Cameron, especialmente como respuesta a la ausencia del absoluto protagonista. Aún así, aprueba como película de acción, profundizando en la historia y mostrando acontecimientos planteados desde 1984.


El fin comienza.